Migración y Desarrollo, volumen 21, número 40, primer semestre 2023, es una publicación semestral editada por la Universidad Autónoma de Zacatecas «Francisco García Salinas», a través de la Unidad Académica de Estudios del Desarrollo, Jardín Juárez 147, colonia Centro, Zacatecas, C.P. 98000, Tel. (01492) 922 91 09, www.uaz.edu.mx, www.estudiosdeldesarrollo.net, revistamyd@estudiosdeldesarrollo.net. Editor responsable: Raúl Delgado Wise. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo Vía Red Cómputo No. 04-2015-060212200400-203. ISSN: 2448-7783, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de última actualización: Unidad Académica de Estudios del Desarrollo, Maximino Gerardo Luna Estrada, Campus Universitario II, avenida Preparatoria s/n, fraccionamiento Progreso, Zacatecas, C.P. 98065. Fecha de la última modificación, julio de 2023.
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Migración y urbanización periférica: el caso de la zona metropolitana del Valle de México
Migration and peripheral urbanization: the case of the metropolitan area of the valley of mexico
Recibido 14/10/22 | Aceptado 01/11/22
Raúl Delgado Wise* | Francisco J. Caballero Anguiano** | Selene Gaspar Olvera**
*Mexicano. Docente investigador de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo, Universidad Autónoma de Zacatecas. Presidente de la Red Internacional de Migración y Desarrollo. Correo-e: rdwise@uaz.edu.mx.
**Mexicanos. Investigadores de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas. Correo-e: francisco.caballero@uaz.edu.mx | Correo-e: selene.gasparolvera@gmail.com
Resumen. Este trabajo examina el vínculo entre migración y urbanización periférica bajo el neoliberalismo y se centra en el caso paradigmático de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), el área urbana más poblada de América y la quinta del mundo. El texto se organiza en tres secciones. En primer término, se analizan las implicaciones de la reestructuración neoliberal en México y se destaca la configuración de lo que concebimos como el modelo exportador basado en el trabajo. En un segundo momento, se exploran las principales características del proceso de urbanización en la ZMVM, al partir de una breve referencia a las etapas primordiales de su desarrollo histórico desde la época prehispánica hasta la actualidad. En tercer lugar, se estudia la relación entre la migración interna e internacional y la urbanización, incluyendo la movilidad intrametropolitana. Uno de los resultados más relevantes es desvelar el papel crucial que desempeña la migración internacional, a través de las remesas, como soporte de la reproducción social del sector informal en la zona metropolitana..
Palabras clave: Zona Metropolitana del Valle de México, flujos migratorios, remesas, urbanización, sector informal..
Abstract. This work examines the link between migration and peripheral urbanization under neoliberalism, focusing on the paradigmatic case of the Metropolitan Area of the Valley of Mexico (ZMVM), the most populous urban area in the Americas and the fifth in the world. The text is organized into three sections. Firstly, the implications of neoliberal restructuring in Mexico are analyzed, emphasizing the configuration of what we conceive as the export-oriented model based on labor. Secondly, the main characteristics of the urbanization process in the ZMVM are explored, starting with a brief reference to the primary stages of its historical development from pre-Hispanic times to the present. Thirdly, the relationship between internal and international migration and urbanization is studied, including intra-metropolitan mobility. One of the most relevant results is revealing the crucial role played by international migration, through remittances, in supporting the social reproduction of the informal sector in the metropolitan area.
Keywords: Metropolitan Area of the Valley of Mexico, migration flows, remittances, urbanization, informal sector.
Introducción
Un fenómeno que ha recibido relativamente poca atención en la literatura es el análisis de la relación entre migración y urbanización bajo el neoliberalismo. Ello resulta aún más significativo al considerar las dinámicas de urbanización que se gestan en un contexto periférico. El caso de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) es en particular revelador en esta perspectiva, no sólo por tratarse de la zona conurbada más poblada de América y quinta en el mundo, sino porque en ella, al igual que en el conjunto del país, se implantan de manera drástica las políticas de reestructuración neoliberal. No debe perderse de vista, en ese sentido, que a raíz de la modalidad «ortodoxa» con la que en México se adoptan y ejecutan los programas de ajuste estructural, el aparato productivo del país ha sido desmantelado y desarticulado para ser rearticulado con posterioridad, de manera subordinada y dependiente, a la esfera de la acumulación de Estados Unidos. Lo anterior convierte a México, en corto tiempo, en el principal país de emigrantes del mundo, después de India, a la vez que reconfigura las dinámicas migratorias al interior del país y redefine el papel y la función que a la Ciudad de México le corresponde desempeñar en esta trama.
El propósito de este trabajo es profundizar en torno a dicho fenómeno desde un prisma analítico crítico e interdisciplinario. Nos interesa, ante todo, desentrañar los rasgos que caracterizan al proceso de urbanización periférica de la ZMVM en su estrecha vinculación con la emergencia de nuevos circuitos de migración interna e internacional y movilidad intrametropolitana, en el marco de la peculiar reestructuración neoliberal desplegada en el país en el curso de las cuatro últimas décadas.
Así, el análisis se divide en tres grandes apartados y una sección de conclusiones. En el primero se alude al proceso de reestructuración neoliberal que se implanta en México. Se argumenta que, a diferencia de otros países de América Latina, el modelo mexicano corresponde, en esencia, a un modelo exportador de fuerza de trabajo por dos vías: la maquila, que refiere a una modalidad de exportación indirecta o incorpórea de fuerza de trabajo; y la migración laboral. Bajo este peculiar andamiaje se estrechan y precarizan los mercados laborales formales y se desencadenan dinámicas de migración forzada que reconfiguran social, económica y territorialmente al país, dando paso a nuevas y severas modalidades de intercambio desigual.
En el segundo apartado se aborda la cuestión de la urbanización periférica en dos momentos. En primer término, se caracterizan las dinámicas de ese proceso en las principales potencias capitalistas ─concebidas como ciudades-metrópoli, ciudades-región (Aguilar y Hernández, 2018) o ciudades-red─ para contrastarlas con aquellas que distinguen a la urbanización en un contexto periférico. En segunda instancia, se incursiona en el caso concreto de la ZMVM, al identificar su papel como eje estratégico de la reestructuración neoliberal y como núcleo desencadenante de ingentes procesos de desigualdad multiforme, dispersión periférica, polarización/periferización y segmentación/segregación. Además de una reconfiguración del espacio urbano, este proceso conduce a una nueva arquitectura multidimensional que redefine la función de la ciudad capital y su zona metropolitana en el concierto de la reestructuración neoliberal.
La relación dialéctica que se establece entre migración y urbanización periférica se examina en el tercer apartado. En concreto, se explora la manera en la que el neoliberalismo trastoca el mapa de la migración interna en el país y se identifica el lugar que ahí ocupa la ZMVM: aun cuando exhibe saldos migratorios negativos, continúa figurando como una importante zona de atracción y expulsión poblacional a escala nacional. Concerniente a la migración internacional, se advierte el importante papel que ésta desempeña, a través de las remesas, como soporte de la reproducción social en lo que concebimos como el polo de subsistencia metropolitano. Asimismo, se hace referencia a otro ámbito migratorio asociado al núcleo hegemónico de la economía urbana y que involucra a sus segmentos de mayor calificación. En paralelo a los movimientos migratorios aludidos, la reconfiguración del espacio urbano origina múltiples desplazamientos intrametropolitanos, con adversas implicaciones en cuanto a transporte y servicios urbanos, cuyo análisis es acometido al cierre de este apartado.
Finalmente, a manera de conclusión, se destacan y sintetizan los principales hallazgos de la investigación.
El contexto: la reestructuración neoliberal en México
El capitalismo e imperialismo contemporáneos se caracterizan por el predominio de la gran corporación multinacional —i. e. del capital monopolista— sobre prácticamente todos los ámbitos de la economía y la sociedad. Tan significativo ha sido este predominio que Samir Amin (2014) se refiere a esta fase del capitalismo como la era de los monopolios generalizados. Lo que sobresale de tal fenómeno es que el capital monopolista no sólo acrecienta sus niveles de concentración y centralización del capital, sino que de modo simultáneo experimenta una profunda metamorfosis caracterizada por la separación y redistribución espacial de las diferentes fases del proceso productivo, al aprovechar las posibilidades abiertas por la tercera (TIC) y la cuarta (inteligencia artificial, biotecnologías, robótica y nanotecnología) revoluciones científico-tecnológicas (Echeverría, 2003) y las ventajas de emplear a su favor los enormes diferenciales salariales que prevalecen entre los diferentes países y regiones del mundo —i. e.el llamado arbitraje laboral global (Delgado y Martin, 2015). Ello, a su vez, ha dado lugar a una redistribución geográfica de la producción manufacturera entre actividades intensivas en fuerza de trabajo y actividades intensivas en conocimiento; las primeras se localizan prioritariamente en países y regiones periféricos y las segundas en países centrales.
Sin entrar en mayores detalles, cabe advertir que las partes del proceso productivo manufacturero que se instalan en los países periféricos, además de ser intensivas en fuerza de trabajo, corresponden a actividades de maquila o ensamble orientadas a la exportación, que operan con insumos importados y bajo regímenes de exención tributaria.1 De aquí que, lejos de una exportación de bienes manufacturados —que alimentan el fetiche de una supuesta industrialización de la periferia— de lo que se trata es, en esencia, de una exportación indirecta o incorpórea de fuerza de trabajo (Márquez y Delgado, 2011).
A la par de ese tipo de exportación se genera también, simultáneamente, una exportación directa de fuerza de trabajo por la vía de la migración laboral. Tómese en consideración que el primordial efecto de las políticas neoliberales —mediante la implantación de los programas de ajuste estructural— es el desmantelamiento y desarticulación interna del aparato productivo de las economías periféricas para rearticularlo al mercado internacional, bajo la forma de enclaves de exportación, sean éstos de corte manufacturero o extractivista. Como resultado se desencadena una desbordante sobrepoblación absoluta (concepto acuñado por Marx para aludir a una fase avanzada y postrera de desarrollo de las contradicciones de la acumulación capitalista) que nutre las filas de la informalidad y genera fuertes presiones para emigrar, en especial en dirección sur-norte.
Es pertinente subrayar que la exportación directa e indirecta de fuerza de trabajo —en tanto expresión de las nuevas formas de relación entre centro y periferia— inauguran un nuevo peldaño de la división internacional del trabajo. Se trata de la exportación de la principal mercancía para la acumulación de capital y la única capaz de crear valor: la fuerza de trabajo. Éste es, por lo demás, el sello distintivo o la impronta que el neoliberalismo plasma en las relaciones norte-sur, sin que implique el abandono de las funciones tradicionales de la periferia como exportadora de materias primas y recursos naturales para los países centrales.
Más aún, en el capitalismo contemporáneo esta modalidad de exportación adquiere su connotación más amplia al incorporar al segmento de fuerza de trabajo calificada y altamente calificada. Ello, además de desencadenar nuevas y extremas modalidades de intercambio desigual, entraña una reconfiguración de las relaciones de dependencia en un sentido hasta ahora inédito: la creciente dependencia del centro de fuerza de trabajo científica y tecnológica proveniente de la periferia (Delgado, 2021).
El caso mexicano resulta paradigmático en esa perspectiva. Al respecto, a diferencia de otros países de América Latina donde predominan dinámicas de reprimarización y desindustrialización, el modelo neoliberal implantado en México a partir de 1982 corresponde, en esencia, a un modelo exportador de fuerza de trabajo, tanto por la relevancia que adquiere la industria ensambladora o maquiladora de exportación, «hegemonizada» por el sector automotor, como por su contraparte o corolario: la migración laboral (Cypher y Delgado, 2012). La contundencia con la que opera el modelo se manifiesta, por un lado, en el hecho de que las exportaciones automotrices y las remesas constituyen las principales fuentes de divisas del país y, por otro lado, en el crecimiento exponencial que experimenta la migración laboral internacional que, en relativamente corto tiempo, posicionó a México en la cima de la migración mundial, apenas por debajo de India (véase gráfica 1). A lo anterior se agrega, en fechas recientes, el fuerte dinamismo alcanzado por la migración calificada y altamente calificada. Tómese en consideración que entre 1990 y 2019 el volumen de profesionistas mexicanos en el extranjero se incrementó de 161 mil a 1.48 millones y el de posgraduados de 48 mil a 308 mil (Delgado, Chávez y Gaspar, 2021:81).
Gráfica 1
Crecimiento de la migración mexicana a Estados Unidos
Fuente: Compilation from Decennial Censuses, 1850-1990; Passel y Cohn (2011) y U.S. Bureau of Census (marzo 2011-marzo de 2020).
Destacan de este fenómeno, entonces, dos puntos: 1. Entraña nuevas y más acentuadas modalidades de intercambio desigual. 2. Da paso a una nueva geografía interna, regional, nacional e internacional del capital y el trabajo, que involucra la emergencia de sucesivos y simultáneos procesos de relocalización y reorientación de la producción, el comercio y los servicios.
Todo ello conduce, en múltiples sentidos, a un replanteamiento de la cuestión urbana en su compleja y multivariada relación con la migración interna e internacional.
Neoliberalismo y urbanización periférica: radiografía de la ZMVM
La impronta neoliberal en la morfología, dinamismo y funcionamiento de las ciudades es compleja y multidimensional. Tiene características y repercusiones distintas y contrastantes dependiendo de su ubicación, sea en el campo de los países desarrollados o en el de los países periféricos, sin desconocer las profundas diferencias existentes al seno de unos y otros (Álvarez, Delgado y Leal, 2016:15).
En términos generales, las dinámicas de urbanización neoliberal están signadas por las estrategias de expansión y dominio desplegadas por las grandes corporaciones multinacionales y los Estados imperiales. A través de ellas se han creado condiciones favorables para la expansión y florecimiento del capital financiero/inmobiliario/especulativo. Asimismo, se ha propiciado el advenimiento de nuevas formas de organización del trabajo, de convivencia entre las distintas clases y sectores sociales, de disputas territoriales, al igual que de administración pública y gobernanza metropolitana.
Un rasgo sobresaliente de tal fenómeno es la configuración de ciudades-metrópoli, ciudades-región o ciudades-red, que operan como nodos o pilares estratégicos de la nueva arquitectura global, en la que la ciudad se convierte en un espacio de inversión (Sassen, 2020). Bajo esa trama, la industria deja de ser el pivote estructurante del tejido urbano para dar paso a nuevos anclajes territoriales, a partir de los cuales se expanden y articulan redes controladas y teledirigidas por las grandes corporaciones multinacionales y el capital financiero internacional (Marazzi, 2019). Se trata de una nueva organización espacial, asentada en núcleos urbanos georreferenciados en las principales potencias imperialistas, donde operan las oficinas centrales del capital corporativo y desde donde se despliega un fuerte dinamismo financiero/especulativo. Dichos núcleos están dotados de una avanzada infraestructura en comunicaciones, cibernética y telemática, junto con una amplia y sofisticada gama de servicios especializados. En ellos también se asientan actividades de innovación e intensivas en conocimiento respaldadas por universidades y centros de investigación de clase mundial, al tiempo que se impulsan agresivas políticas para la atracción de talento nacional e internacional.
En el ámbito de los países periféricos ocurre una trama diferente. Si bien se despliegan nuevas dinámicas de urbanización, éstas se ajustan al papel desempeñado por cada país en el marco de la reestructuración neoliberal. Ante esas circunstancias, la ciudad o metrópoli primaria funge como núcleo operativo de las filiales de las grandes corporaciones multinacionales y capitales financieros (De Mattos, 2016) con presencia en el país, en mancuerna con crecientes segmentos del capital financiero/inmobiliario/especulativo de naturaleza rentista que, en paralelo con las autoridades locales, inhiben la implementación de procedimientos sostenibles de planificación (Sánchez y Morales, 2016). Tal situación, a su vez, desencadena procesos de metropolización desbordantes y caóticos, acompañados de profusas dinámicas de desarrollo desigual multiforme, dispersión poblacional y terciarización segmentada, en los que se incuban problemas de guetificación, gentrificación (Bayón, 2016), transportación deficiente e insuficiente, contaminación ambiental, precarización laboral, expansión de la pobreza y marginación social, aunados a la proliferación de la violencia y del crimen organizado.
El proceso de urbanización desplegado en México se inscribe en esa dinámica y tiene como eje neurálgico la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM). De acuerdo con el curso que sigue el proceso de acumulación de capital en el país, es posible distinguir tres fases de desarrollo de la ZMVM:
- Primario-exportadora (1900–1939), caracterizada por una dinámica de lenta urbanización y predominio rural, con primacía de la Ciudad de México.
- Sustitución de importaciones (1940–1981), signada por una dinámica de urbanización acelerada acompañada de la consolidación económica y política de la capital del país.
- Apertura comercial (1982– ), singularizada por una dinámica de urbanización extremadamente polarizada en la que se exhiben, con nitidez, los rasgos de la urbanización periférica (Amorós, 2021) neoliberal referida.
En la última etapa, la población de la ZMVM se elevó de 9 millones de habitantes en 1980 a 22.7 millones en 2020, lo que la ubica en la actualidad como la mayor zona metropolitana de América, tercera zona metropolitana más grande de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la más grande del mundo fuera de Asia (OCDE, 2015).
El significativo crecimiento demográfico experimentado por la ZMVM entre 1980 y 2020, además de asociarse con sus tasas de fertilidad, mortalidad, migración y movilidad (Zelinsky, 1971), se vincula con la notable ampliación de su zona conurbada derivada de la incorporación de 46 nuevos municipios a la misma.Si en 1980 abarcaba al Distrito Federal y 14 municipios del Estado de México, a partir de 2010 englobó a las 16 alcaldías de la Ciudad de México (antes Distrito Federal) y 60 municipios: 59 del Estado de México y uno de Hidalgo. La notable expansión territorial ha traído consigo un viraje gravitacional en la distribución de la población al seno de la ZMVM: en 1980 la Ciudad de México concentraba 59.8% de la población metropolitana, de la que 57% fue absorbida por sus municipios periféricos de Hidalgo y el Estado de México en 2020 (véase cuadro 1).
A la par de la significativa expansión territorial referida, la ZMVM experimenta una progresiva disminución de su tasa de crecimiento poblacional, la cual en la actualidad es menor que la correspondiente al resto del país (0.8% y 1.2%, respectivamente) y, en el caso de la Ciudad de México, significativamente más baja (0.4%).
Cuadro 1
ZMVM: población y crecimiento medio anual, 1980–2020
Fuente: estimación propia con base en INEGI (1970, 1980, 1990, 1995, 2000, 2005, 2010, 2015 y 2020). Clasificación con base en Conapo (2015).
La ZMVM se mantiene como el principal centro económico, financiero, político y cultural del país. Concentra 17.3% de la población, 22.7% de la población económicamente activa (PEA), 24.9% del PIB, 27.9% del valor agregado, 32.7% de la inversión y 37.9% de la formación bruta de capital fijo en el nivel nacional.2 En adición, reúne la mayor y más avanzada infraestructura en materia de conectividad, telecomunicaciones y transportes. La región genera 32.5% del PIB, concentra más de 60% de la actividad bancaria y más de las tres cuartas partes del ahorro financiero.3 Las mayores y más prestigiadas universidades y centros de investigación nacionales tienen su sede en la ZMVM, la cual se ubica también como la zona metropolitana con el mayor índice de competitividad del país (IMCO, 2021).
Aparte de contar con una amplia y sofisticada gama de servicios especializados, la ZMVM alberga las oficinas regionales y centrales de las principales corporaciones multinacionales y nacionales que operan en el país. Además, funge como sede del Gobierno Federal, el Senado de la República, el Congreso de la Unión y el Poder Judicial de la Federación. Por el tamaño de su población y las actividades estratégicas que despliega, le corresponde una significativa proporción del presupuesto federal del que, paradójicamente (Davis, 1994), sigue dependiendo pese a su relevancia económica (Carrión, 2016; Schteingart, 2016). Dentro de la ZMVM, la Ciudad de México funge como pivote estratégico, económico y financiero de la zona metropolitana (OCDE, 2015).
La dinámica de urbanización que distingue a la ZMVM está signada por la presencia de un acentuado y caótico proceso de desigualdad multiforme: «desigualdad del desarrollo regional y urbano; desigualdad en la distribución del patrimonio y el ingreso de los sectores sociales; desigualdad en el acceso a la vivienda, y desigualdad y segregación en la apropiación del territorio, etcétera» (Pradilla, 2018:654). Lo anterior redunda en una «periferización» de la población, cuyos segmentos populares se alejan de modo progresivo del centro de actividad económica para desplazarse hacia lugares cada vez más distantes. Se genera así una población de «segunda» que se ve crecientemente expulsada del corazón de la zona metropolitana, donde en función de los intereses y prioridades del capital financiero/inmobiliario/especulativo, se promueven dinámicas de expansión horizontal (nuevas zonas) y vertical (construcción de edificios para habitación y oficinas). A raíz de dichos desplazamientos se configuran, por un lado, áreas aisladas o guetos y, por el otro, dinámicas de gentrificación en zonas tradicionalmente habitadas por clases medias bajas, para convertirlas en zonas amuralladas de acceso elitizado; todo lo cual deviene en una creciente y acentuada dispersión periférica,
resultado de la acción combinada y desigual de: a) los actores de altos ingresos con sus fraccionamientos cerrados, campos de golf, unidades campestres, etcétera; b) los conjuntos de vivienda «de interés social», construidos por el sector inmobiliario-financiero privado en función de la nueva política pública de vivienda, una de cuyas características es la localización en la periferia lejana para obtener terreno a bajo precio; c) los proyectos de vivienda promovidos directamente por las instituciones vivienderas del Estado; d) el hábitat de subsistencia de los sectores urbanos más pobres en terrenos irregularmente ocupados y viviendas autoconstruidas y/o autogestionadas, que aún continúan produciéndose a pesar de las acciones represivas de los gobiernos locales; y e) la localización periférica o interurbana de unidades operativas del capital industrial, comercial o de servicios (Pradilla, 2018:658).
En el ámbito laboral, se genera una creciente precarización de las condiciones de vida y de trabajo imperantes en la ZMVM. A la par del estrechamiento del mercado laboral formal y el cierre de empresas, derivado de la implantación de los programas de ajuste estructural, se produce un progresivo incremento de la informalidad en todas sus formas (laboral, empresarial y comercial), cuya tasa se eleva de 32.8% en 1976, a 45.9% en 1991 y 51.6% en 1995 (Samaniego, 2008), hasta alcanzar 50.9% en 2020 (véase cuadro 2). Esto significa que más de la mitad de la pea metropolitana se ubica en las filas del ejército industrial de reserva y carece, por tanto, de los medios y recursos para la reproducción «digna» de sus condiciones de vida.
La distribución de la informalidad laboral al interior de la zona conurbada tiende a ser muy desigual: mientras que en la Ciudad de México asciende a 47.1%, en los municipios conurbados alcanza 56.5%, cifra ligeramente superior a la media nacional (56.2%) (INEGI, 2021). Los sectores ocupacionales que adolecen de un mayor grado de informalidad suelen ser establecimientos pequeños y de corte familiar; en tanto, las empresas de mayor tamaño tienden a atraer fuerza de trabajo calificada o altamente calificada y se inscriben de manera favorable en el sector formal (Ibarra, Acuña y Espejo, 2021). Por su parte, la fuerte presencia de la informalidad en todos los espacios de la vida urbana guarda relación con la existencia de un creciente número de personas, empresas y actividades económicas que operan bajo modalidades «irregulares». Se trata, en esencia, de la conformación de un vasto polo de subsistencia integrado por numerosos segmentos de la clase trabajadora excluidos o incorporados parcialmente a la esfera del empleo formal: son sectores de la economía popular que viven en situación de subsistencia y que se reproducen a través de modalidades de intercambio mercantil simple (Pradilla, 2018:256), i. e. intercambios de mercancías y servicios que se realizan al margen de los circuitos de acumulación «hegemonizados» por el gran capital y que únicamente les permiten reproducir sus precarias condiciones de vida.
A través de la informalidad laboral y la pobreza, dos caras de la misma moneda, se evidencia ─sin ambages─ el carácter marcadamente excluyente de la urbanización periférica. Es preciso recalcar que en la actualidad hay en el país 56.6 millones de personas catalogadas como pobres (43.9% del total de la población), de las cuales 16.9% (9.5 millones) se localizan en la ZMVM; de ese total, 68.2% vive en algún municipio conurbado y 31.2% restante en la Ciudad de México (cuadro 2).
Por tanto, la polarización constituye un rasgo consustancial a la dinámica de urbanización periférica que se reproduce en todos los niveles y ámbitos territoriales de la ZMVM: entre las alcaldías de la Ciudad de México y los municipios conurbados del Estado de México e Hidalgo, así como en su interior. El epicentro de la actividad económica en esta importante conurbación se ubica en la Ciudad de México y, dentro de ésta, se concentra en cinco alcaldías, que caracterizamos como alcaldías-nodo: Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Cuauhtémoc, Venustiano Carranza y Álvaro Obregón, ubicadas en el perímetro del centro histórico y en un nuevo polo de expansión inmobiliaria y financiera, Santa Fe.
En las alcaldías-nodo se localizan las sedes o subsedes de las principales corporaciones nacionales y multinacionales (articuladas bajo una lógica rentista y de enclave), además de las instituciones bancarias y financieras asentadas en el país, toda vez que constituyen el centro de operaciones del capital financiero/inmobiliario/especulativo. En torno y al interior de esas cinco alcaldías se lleva a cabo la mayor parte de las operaciones de servicios e inmobiliarias metropolitanas, lo que las posiciona como pilar de la ocupación formal y de la movilidad4 al seno de la ZMVM. De ahí que el ingreso promedio mensual del personal ocupado en dichas alcaldías tienda a situarse muy por encima del resto. Asimismo, por ser zonas de alta concentración de oficinas y elevados costos de alojamiento, hacia las alcaldías-nodo se dirigen múltiples desplazamientos del resto de alcaldías y municipios periféricos, lo que ocasiona el fenómeno de los commuters,5 propio de la ciudad-red y su relación dialéctica con la precarización de las condiciones de vida de la población. Resalta, en ese sentido, que en las cinco alcaldías-nodo labora 27.6% de la población ocupada en la Ciudad de México, 6.6% de la población ocupada de los municipios conurbados y 16.1% de la población total ocupada de la ZMVM. Esto, a su vez, trae consigo múltiples requerimientos de transportación urbana, privada y pública, así como problemas y cuellos de botella en la provisión de esos servicios, con severas implicaciones tanto en términos de contaminación ambiental, como en costos y tiempos de traslado.
Pese a que la Ciudad de México exhibe menores niveles de pobreza y marginación social que los municipios conurbados de la ZMVM, al interior de ella se replican, aunque en diferente escala, las dinámicas de polarización que distinguen a la urbanización periférica bajo la égida neoliberal. En efecto, en las alcaldías-nodo, la incidencia de pobreza resulta inferior (24.4%) a la del resto (37.8%). De igual forma, en las alcaldías que configuran el corazón del nodo, Benito Juárez y Miguel Hidalgo, los niveles de pobreza tienden a ser bastante más reducidos (7.9% y 13.5%, respectivamente). Por su parte, en el polo opuesto, las alcaldías de Milpa Alta y Xochimilco exhiben niveles de pobreza muy superiores (54.7% y 48.2%, respectivamente) (véase cuadro 2).
Cabe acotar, sin embargo, que contar con un trabajo formal no es un requisito suficiente para garantizar la reproducción del trabajador y su familia en condiciones mínimas de solvencia y bienestar social. Tómese en consideración que, en 2021, 42.9% de la PEA en México ganaba dos salarios mínimos o menos (alrededor de 17 dólares al día), lo que evidencia la persistencia de condiciones de precariedad laboral, que inhiben o dificultan la satisfacción de una o varias de las carencias sociales más importantes: salud, educación o vivienda.
Cuadro 2
ZMVM: informalidad laboral, pobreza y desigualdad, 2020
Fuente: estimación de los autores con datos de Coneval (2020) e INEGI (2021).
A raíz de la acusada tendencia hacia la terciarización económica que caracteriza a la reestructuración neoliberal, el sector servicios despunta como la primordial esfera ocupacional en las alcaldías-nodo y en el resto de alcaldías y municipios conurbados. No obstante, en las primeras, puesto que fungen como epicentro de la actividad económica, se concentra 58.8% de la población ocupada en los servicios y, dentro de éstos, los servicios financieros, seguros e inmobiliarios detentan un sitio privilegiado en la división intrametropolitana del trabajo (cuadro 3).
Otros sectores, como la manufactura y la construcción, cuentan con una menor participación de la fuerza laboral metropolitana. Es importante apuntar que la construcción y el segmento inmobiliario de los servicios desempeñan un papel crucial y diferenciado en esta trama, a través de la realización de grandes obras de infraestructura, en el primer caso, y la presencia del capital financiero/especulativo con un claro perfil rentista/parasitario en el segundo.
Cuadro 3
ZMVM: ocupación en las alcaldías y municipios conurbados, según sector de actividad y lugar de trabajo, 2020
Fuente: estimación de los autores con base en INEGI (2020a).
Concerniente a la incidencia delictiva, en una megalópolis de las dimensiones y los niveles de precariedad laboral, pobreza y marginación social de la zmvm, tiende a ser relativamente elevada. Al respecto, en 2019 los casos delictivos en el país ascendieron a 24 mil 850 por cada 100 mil habitantes, para el Estado de México la cifra fue de 38 mil 500 y para la Ciudad de México de 37 mil 250 casos (INEGI, 2020b).
La gobernanza de la ZMVM se ciñe a lo que podría caracterizarse como una perspectiva pragmática, inmediatista e individualista, acorde con los principios de la democracia liberal. Por ende, resulta relevante advertir que, con el advenimiento del neoliberalismo,
la planeación urbana indicativa propia del anterior patrón económico (…) se diluyó y fue sustituida por (…) [una suerte de] (…) programación empresarial, entendida en la práctica como la sumatoria de grandes proyectos urbano-arquitectónicos privados y de infraestructura públicos y los mixtos realizados en alianza público privada, así como, y sobre todo, por políticas urbanas pragmáticas orientadas a facilitar la inversión privada (Pradilla, 2018:661).
A lo anterior se agregan problemas derivados de las estructuras jurídico-administrativas y de gobierno que atraviesan las demarcaciones de la ZMVM y que complican la coordinación de acciones e iniciativas intergubernamentales. De igual manera, por ser sede del Gobierno Federal, la Ciudad de México funge como epicentro de múltiples movilizaciones de carácter regional y nacional. Sin embargo, suelen ser de corto aliento y carecen de articulaciones con los diversos movimientos urbanos existentes en la ZMVM. Con relación a estos últimos, sobresale el debilitamiento de los viejos movimientos urbano-populares y de las luchas sindicales, así como la emergencia de nuevos movimientos sociales de corte pluriclasista y ong involucrados en numerosas y dispersas disputas económicas, sociales, culturales y territoriales. Se trata, en esencia, de movimientos clasistas e ideológicamente heterogéneos que, en su mayoría, carecen de representatividad social (Pradilla, 2016).
Con todo, es menester indicar que la Ciudad de México, en tanto corazón de la zona metropolitana, constituye un espejo en el que se proyecta, con nitidez y antelación, el devenir político y social del país. De 1946 a 1997 fue gobernada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en ese entonces el partido hegemónico (Davis, 1994) y a partir de ese momento ha sido cuna de gobiernos progresistas: el Partido de la Revolución Democrática (PRD) de 1997 a 2018 y el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de 2018 a la fecha. A lo largo de estos años tuvo verificativo un cambio trascendental en su estructura de gobierno: de Distrito Federal, cuyo titular era designado por el presidente de la república, cambió su estatuto y denominación a Ciudad de México en 2016. En ese año se eligió una asamblea constituyente y en 2017 se promulgó la Constitución Política de la Ciudad de México, de raigambre profundamente progresista y vanguardista. Pese a este perfil, el creciente divorcio entre las demandas populares y las respuestas gubernamentales en la capital del país propició que en las elecciones de 2021 se diera una llamada de atención al partido encabezado por el actual presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, cuando Morena ganó únicamente 7 de las 16 alcaldías en disputa.
Dialéctica entre migración y urbanización en la zmvm
El proceso de reestructuración neoliberal de la ZMVM guarda una estrecha relación con su peculiar dinámica demográfica y su corolario: los flujos migratorios que en ella se despliegan. Junto a la disminución de la tasa de crecimiento demográfico metropolitano y la expansión territorial de la zona conurbada ─consignados en el apartado anterior─, se entreteje una peculiar trama entre la dinámica migratoria, interna e internacional, los desplazamientos poblacionales intrametropolitanos y el desigual y polarizante proceso de urbanización que caracteriza a la zona.
La fuerte presencia del fenómeno migratorio en la ZMVM resulta fundamental en esta perspectiva: 30.5% de sus habitantes son inmigrantes, es decir, personas que nacieron en otros municipios del país (29.8%) o en el extranjero (0.7%). Dicha proporción difiere de modo significativo dependiendo de su lugar de residencia: mientras que en la Ciudad de México la proporción es de 19.8% (18.6% nacidos en otras entidades y 1.2% en el extranjero), en los municipios conurbados del Estado de México e Hidalgo asciende a 38.4% (38% nacidos en otras entidades y 0.4% en el extranjero). Destaca que, al considerar el país de origen de los inmigrantes, la Ciudad de México se muestra como una urbe cosmopolita, en la que 19% de sus residentes extranjeros proviene de Estados Unidos y 81% restante de otras latitudes (cuadro 4). Ninguna otra zona metropolitana del país cuenta con semejante diversidad en la nacionalidad de sus inmigrantes foráneos, lo que reafirma el papel desempeñado por la ZMVM como nodo o eje neurálgico de las operaciones del capital nacional e internacional que opera en el país.
Si bien poco más de 30% de los habitantes de la ZMVM ha sido o continúa siendo inmigrante, es pertinente advertir que, debido a la reestructuración neoliberal, se produce un cambio trascendental en la dinámica y geografía de la migración interna en el país. Como se desprende del mapa 1, las grandes metrópolis (Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara) dejaron de figurar como los principales destinos de la migración interna, para ser reemplazados por nuevos polos de atracción, entre los que sobresalen Tijuana y Cancún (cuadro 4). En el primer caso, por ser un importante enclave maquilador y primordial cruce transfronterizo de mercancías (bienes y fuerza de trabajo) y, en el segundo, por constituir el enclave turístico cardinal del país.
Cuadro 4
Población por lugar de nacimiento de los residentes en México. Zonas metropolitanas seleccionadas, 2020
Fuente: estimación de los autores con base en INEGI (2020a).
Mapa 1
Saldos de los flujos migratorios internos
Fuente: Gordillo y Plassot (2017).
El derrotero que sigue la migración interna en la ZMVM —según se desprende del cuadro 5— emana de dos transformaciones estructurales:
- Se alude al doble movimiento migratorio desencadenado por el viraje del modelo de acumulación, basado en la industrialización por sustitución de importaciones (ISI), al modelo neoliberal. Ello redunda, por un lado, en una disminución en el número de inmigrantes, en un inicio derivada del agotamiento del modelo ISI y, de manera más marcada, a raíz de la implantación del modelo neoliberal; y, por otro lado, en el desencadenamiento de una fuerte dinámica expulsora que se ve coronada con la persistencia de un saldo neto migratorio negativo a partir de 1985, aunque en términos absolutos continúa siendo la más significativa (Negrete, 1994).
- Se refiere al desplazamiento de importantes segmentos de la industria localizados en la Ciudad de México hacia los municipios de la zona conurbada a consecuencia de un proceso de periferización y relocalización industrial (Godínez y Rendón, 2016) al seno de la ZMVM. El desplazamiento comienza primero en el periodo 1985–1990, al consignarse una expulsión masiva de un millón 333 mil 518 habitantes de la Ciudad de México, que en su mayoría se dirigieron a los municipios periféricos del Estado de México, donde el número de inmigrantes en ese periodo ascendió a un millón 25 mil 122 personas. La relocalización industrial, junto con el consecuente desplazamiento de personas y zonas habitacionales hacia la periferia de la Ciudad de México, sin contar con la infraestructura y servicios requeridos, son factores que contribuyen a explicar la peculiar expansión y redistribución del espacio urbano que caracteriza al periodo neoliberal, el cual da paso a las dinámicas de desigualdad multiforme y polarización social expuestas en el apartado previo.
Cuadro 5
Migración interna de y hacia la ZMVM, 1965–2020
Fuente: estimación de los autores con base en Partida-Bush (2013).
Desentrañar la dinámica de la migración internacional en la ZMVM es una empresa compleja que, entre otras cosas, demanda incursionar en el análisis de las remesas familiares y su vínculo con las estrategias de reproducción social del polo de subsistencia.
Una primera consideración en esa perspectiva es que en 2020 la ZMVM recibió un total de 3 mil 572 millones de dólares por concepto de remesas, lo que la posiciona como la principal zona metropolitana receptora de remesas del país (gráfica 2). Más aún, al comparar esta cifra con el monto de remesas por entidad federativa, la ZMVM se halla en el tercer sitio, apenas por debajo de Jalisco y Michoacán. No obstante, este panorama se modifica sustancialmente al considerar el monto de remesas en términos per cápita, en el que la ZMVM se sitúa grosso modo a la mitad del promedio nacional. Y si bien esto último matiza o relativiza la ubicación de la ZMVM en el mapa nacional de las remesas familiares, no demerita su peso específico ni la relevancia que tiene la migración internacional.
Gráfica 2
México: las 20 zonas metropolitanas con mayor recepción de remesas, 2020
Fuente: elaborado por los autores con datos del Banco de México (s/f).
A raíz de la reestructuración neoliberal y el estrechamiento y precarización del mercado laboral formal, una segunda consideración es que las remesas se convierten en un pilar insoslayable para el sostenimiento de la economía popular. Empero, al observar los datos de remesas al interior de la zmvm, entre la Ciudad de México y los municipios conurbados (gráfica 3), la relación entre remesas y economía popular parecería invertirse. Más aún, al examinar la situación al interior de las alcaldías y municipios de ambas demarcaciones, se torna aún más paradójico. En efecto, como se desprende de la gráfica 4:
- De las alcaldías-nodo, 4 se ubican entre las 15 principales alcaldías y municipios receptores de remesas y 3 de ellas, Álvaro Obregón, Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc, figuran como las de mayor relevancia.
- Entre el grupo de las 15 se encuentran también 5 municipios y alcaldías, integrados en su mayor parte por colonias populares: Ecatepec de Morelos, Iztapalapa, Nezahualcóyotl, Chimalhuacán e Iztacalco.
Parecería, por tanto, que las remesas no guardan una relación significativa con la economía popular. Sin embargo, la aparente disociación se diluye o desaparece al tener en cuenta que las alcaldías-nodo no son homogéneas, sino que configuran demarcaciones político-administrativas fuertemente segmentadas y segregadas, al coexistir en su interior enclaves duales (Álvarez et al., 2016:15), reservados para centros de negocios y alojamientos de lujo, por un lado, y amplios cinturones de miseria y marginación social, por el otro.6
De lo anterior se infiere que, a través de las remesas, la migración internacional cumple una trascendente función para la reproducción social de vastos segmentos de la población metropolitana inscritos en lo que caracterizamos como su polo de subsistencia.
Gráfica 3
Remesas familiares de la ZMVM, 2013–2020
Fuente: elaborado por los autores con datos del Banco de México (s/f).
Grafica 4
ZMVM: 15 principales demarcaciones receptoras de remesas, 2020 (millones de dólares)
Fuente: elaborado por los autores con datos del Banco de México (s/f).
A diferencia de las dinámicas de la migración interna e internacional asociadas al polo de subsistencia, en el núcleo hegemónico de la economía metropolitana se gestan dinámicas muy diferentes y contrastantes. En efecto, al fungir como epicentro del poder político y sede de las oficinas regionales de las corporaciones multinacionales más destacadas y el capital financiero que operan en el país, la Ciudad de México y en particular las alcaldías-nodo se convierten en polos de atracción de fuerza de trabajo calificada y altamente calificada proveniente del país y del extranjero. Tal situación se refuerza debido a que en esas demarcaciones se concentran las universidades y centros de investigación de mayor prestigio en el país.
Más allá de la trascendencia de la migración interna e internacional, es imprescindible consignar que, como fruto de los procesos de desigualdad multiforme, dispersión periférica, polarización/periferización y segmentación/segregación aludidos en el apartado previo, en la zmvm se manifiesta otro fenómeno fundamental: la movilidad intrametropolitana.
En aras de analizar este fenómeno, es vital distinguir que la ZMVM detenta una condición dual. Por una parte, incorpora a la Ciudad de México —ciudad-red—, con una estructura económica concentrada en los servicios financieros, inmobiliarios y de soporte informacional y tecnológico, con el fin de dotar de adecuadas condiciones de operación a las actividades hegemónicas. Por otra parte, integra a una amplia gama de municipios conurbados hacia donde se asientan industrias reubicadas de la Ciudad de México, así como zonas habitacionales populares y periferizadas que involucran a crecientes segmentos de la población que no tiene condiciones para trabajar y vivir en los núcleos urbanos medulares. Esta dupla responde a la dinámica de «crecimiento y concentración ampliadas, con jerarquía y redes de ciudades funcionales a las necesidades de reproducción capitalista con un proceso de terciarización» (Sánchez, 2016:144). Con el propósito de dimensionar el fenómeno, cabe aclarar que más de 1.6 millones de personas se mueven a diario entre la Ciudad de México y los municipios conurbados (cuadro 6), preferentemente de los segundos a la primera. Esto propicia ingentes desplazamientos cotidianos de personas, cada vez más amplios y costosos, mediante los cuales se incuban múltiples problemas sociales, habitacionales, de transportación, violencia y contaminación ambiental.
Cuadro 6
Movilidad urbana: Ciudad de México-municipios conurbados, 2020 (número de personas)
Fuente: estimación de los autores con base en INEGI (2020a).
Los agudos problemas derivados del desbordante crecimiento de la ZMVM, la migración y la movilidad intrametropolitana,7 replantean una cuestión fundamental: los límites de la urbanización. En efecto,
en el comportamiento de la migración y la movilidad no hay que perder de vista que el proceso de expansión urbana ha cumplido un papel trascendental y las tendencias parecen vaticinar que así continuará, aunque al parecer el crecimiento del suelo urbano pudo haberse ralentizado después de los problemas financieros de varias empresas inmobiliarias. Será muy interesante dar continuidad a estudios que ya han mostrado lo preocupante de este patrón en casi todas las ciudades mexicanas (Romo, 2018).
Conclusiones
A continuación se presentan algunos de los hallazgos más trascendentes de nuestra investigación:
1. La forma en la que México se inserta en la órbita neoliberal, a partir de lo que ─en el primer apartado─ caracterizamos como modelo exportador de fuerza de trabajo, resulta crucial para comprender el papel específico que desempeña la ZMVM en este contexto: fungir como nodo articulador y facilitador de las operaciones que las grandes corporaciones multinacionales y el capital financiero despliegan en el territorio nacional.
2. El cumplimiento de dicho papel no exime a la ZMVM de los severos impactos de la reestructuración neoliberal sobre la clase trabajadora y los sectores populares. Por el contrario, en ella se replican las dinámicas de precarización laboral y ensanchamiento de la informalidad, particularidades de esta fase del capitalismo. Como resultado, se desencadenan ingentes procesos de desigualdad multiforme y periferización que fragmentan y polarizan el territorio urbano mientras generan, por un lado, enclaves orientados al exterior y, por el otro, un vasto polo de subsistencia en el que se reproduce la mayor parte de la población metropolitana.
3. La reestructuración urbana bajo directrices neoliberales conlleva una lógica cortoplacista que se aplica en la ejecución de grandes proyectos urbano-arquitectónicos privados y de infraestructura públicos. Ello abre un notable y lucrativo nicho de mercado para el florecimiento del capital financiero/inmobiliario/especulativo, el cual, por medio de la obtención de gigantescas ganancias extraordinarias, de corte rentista/parasitario, se erige en un agente privilegiado de la reestructuración metropolitana.
4. La impronta neoliberal en el proceso de urbanización periférica da paso a dinámicas de concentración y polarización territorial. A través de ellas, importantes segmentos populares son despojados y desplazados del corazón de la zona metropolitana para ser reubicados en lugares cada vez más distantes y marginados.
5. Lo anterior promueve y se enmarca en un patrón de expansión horizontal de la ZMVM, con ejes nodulares concéntricos. Se genera así un proceso de ampliación de la «mancha» urbana con la progresiva absorción de territorios y poblaciones circundantes, lo que explica el significativo incremento poblacional de la zona de 9 a 22.7 millones entre 1980 y 2020 —que la posicionan como la quinta mayor del planeta—, pese a exhibir tasas de crecimiento demográfico anual sumamente bajas de 0.8% (para la Ciudad de México esta tasa es aún más reducida: 0.4%).
6. La omnipresencia de la migración no ha dejado de ser un rasgo fenotípico de la ZMVM. Actualmente, 30.5% de sus habitantes son inmigrantes, sean internos o internacionales. Aun cuando el saldo neto migratorio metropolitano ha sido negativo en términos generales, a partir de 1985, no debe desestimarse el hecho de que, por sus dimensiones, la ZMVM figura como un relevante polo de atracción y expulsión poblacional.
7. En sintonía con el modelo exportador de fuerza de trabajo que se implanta en el país, la ZMVM mantiene fuertes vínculos con la migración internacional mediante la captación de remesas familiares. Por este concepto en 2020 se recibieron 3 mil 572 millones de dólares, de manera que se ubicó como la principal zona metropolitana receptora de remesas del país.
8. Habida cuenta de que más de la mitad de la población metropolitana ocupada se inscribe en las filas de la informalidad, las remesas constituyen un complemento esencial en las estrategias de reproducción familiar del polo de subsistencia. Más aún, en virtud de las posibilidades que la concentración urbana abre para la economía informal, al ensanchar y diversificar las opciones de autoempleo, los municipios marginados de la ZMVM operan como una suerte de zona de reserva y reproducción de fuerza de trabajo al interior de la propia metrópoli y para el capital nacional y foráneo.
9. En tanto epicentro del poder político y sede de las oficinas regionales de las principales corporaciones multinacionales y del capital financiero, en la capital se incrementa la demanda de personal calificado y altamente calificado proveniente del país y del extranjero. A diferencia de los flujos migratorios asociados al polo de subsistencia, en este caso se trata de flujos vinculados a la esfera alta de la acumulación de capital, con perfiles y orígenes migratorios más diversificados.
10. A par de las dinámicas migratorias, se generan múltiples desplazamientos cotidianos intrametropolitanos derivados de la reconfiguración neoliberal del espacio urbano. Este fenómeno involucra crecientes requerimientos de transporte que, a su vez, provocan mayores costos y tiempos de traslado, así como severos problemas ambientales.
Nuestro recorrido por la relación dialéctica entre migración y urbanización periférica, a través del caso específico de la ZMVM, revela la complejidad de la problemática, su multidimensionalidad y su profundidad. Se trata, asimismo, de una problemática que no se circunscribe al ámbito local, sino que abarca un contexto regional, nacional y global más amplio.
El círculo vicioso perverso en el que se está atrapada la ZMVM no puede ser superado sin contar con una ruta de transformación radical y un sujeto social capaz de impulsarla. En tal perspectiva, el postulado formulado por Henry Lefebvre hace poco más de medio siglo adquiere renovada vigencia: «Imposible concebir la reconstitución de una ciudad antigua; sólo es posible la construcción de una nueva ciudad, sobre nuevas bases, a otra escala, en nuevas condiciones, en otra sociedad» (Lefebvre, 1969:125). Como corolario, queda claro que el derecho a la ciudad (Harvey, 2013) continúa siendo una asignatura pendiente, para cuyo disfrute se requiere de la construcción y refundación social de la utopía urbana.
Notas al pie
1 Se estima que actualmente hay en la periferia 100 millones de trabajadores directamente empleados en más de 5 mil 400 zonas de procesamiento para la exportación ubicadas en 147 países (UNCTAD, 2020).
2 Estimaciones de los autores con base en datos de INEGI (2019).
3 Recuperado de https://vinculacion.uam.mx/index.php/uam-sustentable/pihasu-de-la-uam?start=6
4 La movilidad entre lugares de la misma localidad por lo general se asocia con cambios en el empleo, a diferencia de aquella más distante que se vincula con cambio de residencia (Romo, 2014:11).
5 El fenómeno de commuters consiste en la presencia de procesos que involucran el tránsito habitual de habitantes que se mueven a otra localidad del mismo estado o la misma región, para trabajar y realizar cualquier tipo de actividad. En los grandes centros urbanos este tránsito implica un creciente número de horas.
6 Tal es el caso, por ejemplo, de Lomas de Santa Fe, San Ángel y Jardines del Pedregal, frente a Alfonso XIII y Olivar del Conde en la alcaldía de Álvaro Obregón.
7 Se considera que el factor esencial que explica el crecimiento de la mancha urbana es la movilidad entre los municipios conurbados, cuya expansión se ubica cada vez más lejos de la Ciudad de México (Corona et al., 1999:57).
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