Migración y Desarrollo, volumen 20, número 38, primer semestre 2022, es una publicación semestral editada por la Universidad Autónoma de Zacatecas «Francisco García Salinas», a través de la Unidad Académica de Estudios del Desarrollo, Jardín Juárez 147, colonia Centro, Zacatecas, C.P. 98000, Tel. (01492) 922 91 09, www.uaz.edu.mx, www.estudiosdeldesarrollo.net, revistamyd@estudiosdeldesarrollo.net. Editor responsable: Raúl Delgado Wise. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo Vía Red Cómputo No. 04-2015-060212200400-203. ISSN: 2448-7783, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de última actualización: Unidad Académica de Estudios del Desarrollo, Maximino Gerardo Luna Estrada, Campus Universitario II, avenida Preparatoria s/n, fraccionamiento Progreso, Zacatecas, C.P. 98065. Fecha de la última modificación, mayo de 2022.

Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de la Universidad Autónoma de Zacatecas «Francisco García Salinas» a través de la Unidad Académica de Estudios del Desarrollo.

https://doi.org/10.35533/myd.numero38

Resiliencia de las remesas durante la pandemia de covid-19: una motivación para el regreso de las políticas utilitaristas

Resilience of Remittances to Mexico during covid-19: a return to utilitarian policies

Recibido 12/11/21 | Aceptado 20/12/21

Fernando Lozano-Ascencio* | Marcos Valdivia-López** | Miguel Ángel Mendoza***

* Mexicano. Investigador y director del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (crim) de la Universidad Nacional Autónoma de México. Correo-e: flozano@crim.unam.mx
** Mexicano. Investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (crim) de la Universidad Nacional Autónoma de México. Correo-e: marcosv@crim.unam.mx
*** Mexicano. Profesor investigador en el posgrado de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Correo-e: mendozag@unam.mx

 

 

Resumen. Este artículo analiza el crecimiento sorprendente de las remesas en México durante la pandemia de la covid-19 y algunas de sus implicaciones para las percepciones actuales sobre los impactos que estos envíos puedan tener sobre las políticas públicas. Nuestra investigación postula que esta entrada monetaria tan significativa contribuyó a la parálisis fiscal del gobierno mexicano durante la pandemia porque se sobreestimaron los efectos contracíclicos de las remesas. La extraordinaria resiliencia de las remesas durante la covid-19 pese a su limitada capacidad para contrarrestar la caída del PIB, debe de enviar un mensaje claro sobre los riesgos de considerar a las remesas como una herramienta para impulsar desarrollo y bienestar.

Palabras clave: remesas, mecanismos contracíclicos, transnacionalismo, resiliencia, altruismo, México, covid-19.

Abstract. This paper analyzes the resilience of remittances during the coronavirus pandemic and some of the implications for current perceptions of the effects remittances can have on domestic policy. We focus on the Mexican case that experienced an astonishing growth in remittances. Our research postulates that this strong monetary inflow contributed to the Mexican government’s fiscal paralysis during covid-19 because the countercyclical effects of remittance flows were overestimated. The limited capacity of remittances to counteract the decline of Mexican GDP, despite their extraordinary resilience during covid-19, should send a clear message about the risks of viewing remittances as tool for public policy.

Keywords: remittances, countercyclical mechanisms, transnationalism, resilience, altruism, Mexico, covid-19.

 

Introducción1

Este artículo analiza el impresionante crecimiento de las remesas en México durante la pandemia de la covid-19 y algunas de las implicaciones para las percepciones actuales sobre los impactos que estos flujos externos puedan tener sobre el diseño e implementación de políticas públicas. El caso mexicano es emblemático porque durante 2020 experimentó un crecimiento anual sorprendente de las remesas de 11.4%, en fuerte contraste con el descenso a nivel mundial de –2.4%. Esta experiencia reveló, sin embargo, una posición vulnerable por parte de las autoridades mexicanas durante la pandemia, porque usaron estos flujos deliberadamente para justificar una política fiscal más restrictiva frente a la covid-19 en comparación a la impulsada en otros países.

En este ensayo exploramos algunos de los debates centrales subyacentes en las discusiones sobre la resiliencia de las remesas y también en torno a su uso como contrapeso para mitigar la caída de la actividad económica que experimentan los países receptores frente a situaciones de crisis. Mucho de esto es parte de una larga discusión entre optimistas y pesimistas sobre el alcance y las limitaciones de las remesas para fomentar el desarrollo (De Haas, 2010). Desde hace un tiempo, los economistas interesados ​​en analizar la relación entre remesas y crecimiento han reconocido los efectos contracíclicos que pueden tener estos flujos monetarios. Sin embargo, es un tema que no ha sido discutido suficientemente en la literatura sobre migración. Además, la narrativa sobre la resiliencia de las remesas implica la comprensión de las acciones de los migrantes, donde la nueva economía de la migración laboral (Lucas y Stark, 1985) y el transnacionalismo (Guarnizo, 2003) tienen fuertes argumentos a favor de este comportamiento, basados ​​en nociones de altruismo y moralidad, respectivamente. En la sección 2 planteamos algunos de estos argumentos en detalle.

Uno de los principales argumentos de este ensayo es que aun cuando las remesas se comportaron de manera bastante resiliente en México, a nivel agregado durante 2020, es engañoso inferir que su eficacia como contrapeso a la caída de la economía haya sido homogénea regionalmente. En la sección 3 mostramos que entre los estados que se pueden clasificar como dependientes de las remesas sólo una minoría experimentó impactos contracíclicos significativos durante la covid-19. Eso significa que las remesas no fueron suficientes para mitigar el shock económico producido por la covid-19 en algunos de ellos y tal vez habrían estado en una mejor posición económica si un mayor gasto público se hubiera dirigido a esas regiones. Postulamos que la parálisis de la política fiscal del gobierno mexicano se debió, entre otras cosas, a la creencia de que las entradas de remesas eran suficientes para compensar los efectos negativos de la pandemia en las regiones que dependen de estos flujos.

Explicaciones convencionales sobre el comportamiento resiliente de las remesas durante la covid-19

La idea de que las remesas tienden a aumentar en respuesta a eventos económicos tumultuosos es ampliamente discutida en la literatura. Desde una perspectiva macroeconómica, este argumento se conoce como la hipótesis contracíclica de las remesas. En particular, Frankel (2011) ofrece un argumento a favor de la hipótesis contracíclica, planteando que las remesas actúan como amortiguadores, emulando el papel de los flujos de capital hacia países en desarrollo cuando éstos enfrentan una recesión; y soporta su argumento con un estudio empírico entre 100 países, en el que concluye que las remesas responden de manera pro y contra cíclica desde el país emisor y receptor, respectivamente. Sin embargo, esta hipótesis puede estar sujeta a revisión cuando los países de origen y destino ambos enfrentan simultáneamente una crisis económica como la que se produjo durante la pandemia de la covid-19.

La crisis financiera mundial de 20082009 ofrece el mejor antecedente para analizar el comportamiento resiliente de las remesas. Es importante considerar este precedente porque la crisis financiera comenzó en los países ricos y luego se extendió a los países en desarrollo. En tales circunstancias, se esperaba que el flujo de remesas hacia los países de origen de los migrantes hubiera disminuido; no obstante, las remesas fueron resistentes, en contraste con otros flujos financieros como la inversión extranjera directa y los flujos de deuda y capital de cartera. Al respecto, Mohapatra y Ratha (2010) propusieron un modelo de predicción de las remesas durante crisis financieras, basado en los stocks de migrantes en diferentes países de destino y los ingresos en los países de acogida y de origen, y que predice razonablemente bien el comportamiento de estos envíos bajo tales circunstancias.

El caso mexicano, en particular, es emblemático entre los principales países receptores de remesas porque estos envíos han sido bastante resilientes durante diferentes crisis mundiales. En la última crisis financiera global en 2009, el producto interno bruto (PIB) de México cayó –5.3% pero las remesas sólo cayeron –1%; durante la pandemia de covid-19, el PIB disminuyó –8.7% y las remesas crecieron de manera sorprendente en 11.4% en 2020.

En general, el comportamiento resiliente de las remesas durante la covid-19 ha sido global. Los flujos a países de ingresos bajos y medianos en 2020 fueron sólo 1.6% inferiores a los 548 mil millones de dólares registrados en 2019; América Latina y el Caribe, en específico, ha sido una de las regiones más resilientes al mostrar un aumento anual de 6.5% en 2020 (Banco Mundial, 2021). Es importante destacar el aumento de las remesas en América Latina debido a que el pib promedio anual cayó –7.7% en 2020 (Cepal, 2021).

El sorprendente repunte de las remesas, particularmente en México, merece ser analizado adecuadamente porque ocurrió durante un periodo en el que la actividad económica se detuvo drásticamente en todas partes. Bajo este escenario inédito, las explicaciones tradicionales (stock de migrantes, altruismo, etcétera) parecen no ser suficientes para explicar tal fenómeno. Entre las narrativas alternativas más convincentes utilizadas para abordar este problema se encuentra la rápida difusión de un paquete de estímulo fiscal (en Estados Unidos) que directa o indirectamente permitió a los migrantes continuar enviando remesas a sus familias. Además, se argumenta que la covid-19 hizo que los flujos pasaran de canales informales a formales debido a restricciones físicas en las fronteras (Dinarte et al., 2021). Otras explicaciones sugieren que el crecimiento de las remesas se debió a la devaluación del peso mexicano.

Aun cuando estas narrativas señalan eventos observables, creemos que las explicaciones teóricas subyacentes a las motivaciones de los migrantes merecen ser discutidas a detalle.

Explicaciones teóricas

La perspectiva transnacional

Las remesas se analizan comúnmente como flujos monetarios que puedan tener un impacto macroeconómico importante en los países de origen de los migrantes. Eventos significativos como la covid-19 refuerzan esta narrativa. Sin embargo, parece que se pasan por alto los lazos y obligaciones sociales subyacentes, a pesar de la distancia, que motivan a los migrantes a manifestar su solidaridad y reciprocidad mediante el envío de remesas a los que se quedan atrás (Guarnizo, 2003). Por lo general, la economía convencional proporciona explicaciones a nivel micro sobre el comportamiento de los migrantes utilizando hipótesis de altruismo y motivos estratégicos (véase la siguiente subsección), dentro de un marco de racionalidad que incorpora las interacciones familiares y sociales (Rapoport y Docquier, 2005).

La sociología de la migración, a través de la lente del transnacionalismo, ofrece una forma alternativa de observar los flujos monetarios de las remesas. En particular, este enfoque señala que los estudios convencionales han evitado analizar el papel y la competencia entre las grandes corporaciones financieras que buscan tomar el control de estas transferencias monetarias. Esto implica un punto de inflexión en la explicación tradicional de la relación entre movilidad laboral y movilidad de capital. Los fuertes flujos de remesas hacen que el capital sea más susceptible de seguir la movilidad laboral y no sólo al revés (Guarnizo, 2003:679).

La perspectiva transnacional es especialmente relevante para analizar el momento actual, porque proporciona una visión crítica de cómo entender los flujos de remesas sin precedentes que se observan en todo el mundo, en particular en países como México. Paradójicamente, la covid-19 ha provocado una narrativa optimista sobre los impactos de la globalización para los migrantes. Esto contrasta con los efectos perniciosos que los primeros teóricos transnacionales supusieron que probablemente traerían consigo los flujos de remesas a los países en desarrollo. Bakker (2014) alertó sobre esto hace algunos años al señalar que, durante el neoliberalismo, las principales organizaciones financieras (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional), los think tanks, así como expertos de la academia y la esfera pública, nuevamente empezaron a visualizar a las remesas como una herramienta para promover el crecimiento económico y el desarrollo en los países de origen.

Además, el transnacionalismo arroja luz sobre las complejidades de las redes migratorias y esto puede ayudar a explicar cómo y por qué los flujos de remesas tienden a aumentar en respuesta a eventos significativos como la covid-19. Los 540 mil millones de dólares de remesas durante 2020 a escala mundial pueden verse como una compleja red bilateral de remesas entre países (Abel y Gietel-Basten, 2020). Debido a tal grado de interconexión, cualquier evento que perturbe dichos flujos monetarios —como el producido por la covid-19— tiene el potencial de afectar fuertemente la dinámica de las remesas. Por ello, se especuló que el endurecimiento de las fronteras internacionales, que implementaron muchas naciones para controlar la pandemia, frenaría las remesas. Sin embargo, como expusimos anteriormente, las remesas se comportaron, en general, con bastante resiliencia. Por lo tanto, es clave encontrar una narrativa clara en el nivel micro para explicar tal fenómeno.

Los efectos contracíclicos de las remesas, desde la perspectiva del transnacionalismo, pueden interpretarse como la presencia de redes de solidaridad, lealtades y obligaciones de los migrantes en el exterior hacia sus familiares en el país de origen. La perpetuación de un movimiento internacional, que se expresa en la existencia de varias generaciones de migrantes, podría también reforzar los lazos de solidaridad, conexiones y lealtades entre las comunidades de migrantes y los hogares de sus familiares en el país de origen, especialmente en tiempos de una crisis generalizada.

Dada su naturaleza epistemológica, el transnacionalismo privilegia un enfoque etnográfico; además, su principal objeto de estudio no son las remesas en sí, sino los vínculos y conexiones sociales de los migrantes, mientras que el enfoque económico claramente se ha centrado en las remesas. Carling (2014) sugiere que esto ha hecho que el transnacionalismo sea ambiguo o menos uniforme en comparación con la (nueva) economía de la migración laboral al explicar las transferencias de dinero en un nivel micro. Algunos enfoques etnográficos recientes han tratado de superar esta deficiencia considerando el concepto de narrativa de las remesas (remittance scripts) como el propuesto por Carling (2014). Este concepto tiene similitudes con el de las motivaciones (estratégicas) de las remesas desarrollado en el campo de la microeconomía estándar (véase la siguiente subsección), pero es teóricamente diferente porque no se basa en un comportamiento racional (único) por parte del remitente sino, más bien, en sus percepciones y sentimientos. Este giro metodológico abre un repertorio complejo de dimensiones «materiales, emocionales y relacionales» no sólo para los remitentes sino también para los receptores de las remesas. La investigación empírica basada en la narrativa de las remesas ha sido explorada para el caso de Filipinas (Gutierrez, 2018) y otras regiones.

La covid-19 proporciona una oportunidad interesante para utilizar la narrativa de las remesas como un marco analítico alternativo para estudiar el carácter resiliente de las remesas y comparar los hallazgos con aquellos derivados desde una perspectiva microeconómica convencional.

La perspectiva altruista

La microeconomía de las remesas proporciona los fundamentos convencionales para comprender sus efectos contracíclicos. El altruismo se invoca comúnmente para explicar porqué los migrantes se preocupan por los que se quedan atrás. Sin embargo, las remesas no dependen exclusivamente de motivos altruistas, sino también de otros, asociados a la devolución de préstamos, motivos sucesorios, una variedad de intercambios de servicios, etcétera; esta mezcla de motivos es lo que la literatura ha llamado «altruismo impuro» o «egoísmo ilustrado» (Rapoport y Docquier, 2005). Además de estos motivos individuales, se deben considerar los arreglos familiares, en particular los relacionados con seguros e inversiones.

Por lo tanto, las variables utilizadas para explicar el envío de remesas se reducen a motivos individuales (altruismo, intercambio, herencia, motivos estratégicos) y arreglos familiares (seguros e inversión). Teóricamente, se espera que no sólo los componentes altruistas, sino también muchos de los otros, reaccionen positivamente a los «shocks de una coyuntura que es adversa a los ingresos de los beneficiarios» (Rapoport y Docquier, 2005). En este sentido, es importante resaltar que el envío de remesas (y sus motivaciones) puede incluso implicar un riesgo moral. En particular, los receptores de remesas (especialmente, en entornos rurales) pueden ver estos flujos monetarios como una forma de seguro y, en consecuencia, tener la inclinación a reducir sus propios esfuerzos en tiempos adversos, dejando de buscar empleo, por ejemplo.

En la actualidad la investigación microeconómica sobre las remesas se basa cada vez más en la economía experimental (Yang, 2011). Un tema clave en la comprensión de la relación entre las remesas y los resultados para los hogares es que ésta es producto de terceros factores no observados. Por lo tanto, la microeconometría estándar puede fallar al no tomar en cuenta el impacto de tales factores, porque los datos de observación, en general, provienen de entornos no experimentales. Eso significa que, para implementar un marco racional basado en motivaciones individuales, sería mejor considerar experimentos de campo aleatorios a fin de evaluar adecuadamente los impactos en el bienestar de los remitentes y de los destinatarios de las remesas. Desde nuestra perspectiva, esto podría tener implicaciones metodológicas importantes para analizar los efectos contracíclicos de las remesas porque un tercer factor no observado puede ser clave para comprender el comportamiento resiliente de las remesas.

Resiliencia de las remesas y parálisis de la política pública

La hipótesis contracíclica transmite un punto de vista optimista sobre las remesas y su contribución al desarrollo. Curiosamente, esta idea optimista se fortaleció durante el neoliberalismo y fue apoyada por varias organizaciones internacionales, gobiernos, el sector privado y grupos académicos. Al mismo tiempo, algunos detractores de esta visión optimista la han llamado una «agenda de remesas para el desarrollo» (o r-2-d por sus siglas en inglés) (Bakker, 2015). Paradójicamente, los gobiernos de izquierda en América Latina ahora adoptan esta agenda r-2-d, orientada (se argumenta) no sólo para reducir la pobreza y la desigualdad, sino también como una herramienta para el desarrollo. Pareciera que este es el caso del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Es interesante observar cómo el actual gobierno de izquierda de México ha generado un enorme optimismo sobre las remesas durante la pandemia de covid-19. Como expusimos en las secciones anteriores, a nivel macro prevalece una visión optimista de las remesas, que es promovida no sólo por los agentes asociados a la agenda r-2-d sino también por la moralidad del transnacionalismo: los buenos migrantes remiten (Carling, 2014). Irónicamente, esta narrativa encaja bien en el discurso ideológico de AMLO sobre «la gente buena» (el pueblo es bueno). El discurso de celebración de las remesas también fue una estrategia central bajo la presidencia conservadora de Vicente Fox en México (periodo 20002006). Durante su administración, Fox solía llamar a los migrantes «héroes», ya que sus remesas pueden reducir la pobreza y promover el desarrollo en las zonas rurales de México (Lozano-Ascencio, 2020).

La poderosa narrativa de los buenos migrantes que envían remesas contribuyó irónicamente a la parálisis deliberada de la política fiscal del gobierno mexicano durante la pandemia de la covid-19. Este exceso de optimismo en torno a las remesas es colateral a lo que comúnmente se argumenta en los modelos keynesianos tradicionales de demanda agregada, o modelos comerciales neoclásicos, donde las remesas son exógenas (Rapoport y Docquier, 2005). No obstante, el postulado optimista de estos modelos es observable solamente a corto plazo, pero no está claro si las remesas contribuyen al crecimiento económico a largo plazo (Clemens y McKenzie, 2018; Cazachevici et al., 2020). Por lo tanto, también puede ser desafortunado que un gobierno de izquierda como el encabezado por AMLO pudiera estar considerando a las remesas como una fuente para promover crecimiento y desarrollo.

Otra historia es el efecto contracíclico de las remesas. Una desaceleración o declive en el crecimiento económico, provocado por algún evento adverso, a menudo aumenta el flujo de remesas como una forma de compensación, lo que puede resultar eficaz al menos en el corto plazo. En este caso, países como México están en una buena posición para aprovechar dichos flujos durante periodos de extrema desaceleración como la vivida en 2020 con la covid-19. Sin embargo, el gobierno mexicano no logró aprovechar los flujos de remesas porque el PIB cayó en –8.5% en 2020, una de las caídas más severas del mundo. Como dijimos anteriormente, existe acuerdo entre los observadores en señalar que el gobierno mexicano fue conservador en el uso de mecanismos de política fiscal para contrarrestar los efectos negativos de la covid-19 sobre la actividad económica.

En México, al inicio de la pandemia, se esperaba que las remesas cayeran drásticamente durante 2020, pero estos flujos monetarios comenzaron a tener un repunte importante en el tercer trimestre luego de una caída relativamente fuerte en el segundo. Desde entonces, estaba claro para todos (principalmente para el gobierno) que las remesas probablemente mostrarían resiliencia. En este contexto, vale la pena preguntar porqué el gobierno mexicano decidió no impulsar una respuesta de política fiscal más integral que habría sido respaldada en parte por las remesas. De lo discutido en las secciones anteriores sugerimos que el gobierno de izquierda de México está alineado con la hipótesis altruista y la idea de la moralidad del transnacionalismo y, además, supuso que esos mecanismos «descentralizados» serían suficientes para contrarrestar los efectos negativos durante una crisis como la de la covid-19, lo que haría innecesaria una mayor intervención a través de mayor gasto público sobre todo en las regiones dependientes de las remesas.

Aun cuando el efecto contracíclico de las remesas no tenga, necesariamente, que ir acompañado de un gasto fiscal complementario durante las recesiones, esto no significa que el mecanismo contracíclico funcione de la misma manera para todas las regiones. Como se discutió en Valdivia et al. (2020), durante la crisis financiera mundial en 20082009, algunos estados de México se comportaron de manera contracíclica pero otros no, pese a que recibieron grandes entradas monetarias. Desde una perspectiva macro, esto significó que, para algunas regiones, las remesas pudieron ser suficientes para contrarrestar los efectos negativos de los shocks externos de la crisis financiera, pero otras podrían haber requerido un apoyo complementario para suavizar estos impactos.

Esta situación se repitió y manifestó con fuerza durante la pandemia de covid-19. La figura 1 muestra un diagrama de dispersión entre el crecimiento anual de las remesas (eje y) y el crecimiento del PIB estatal (eje x) en 2020, incluyendo sólo a aquellos estados que están clasificados como «dependientes de las remesas».2 Cada observación es ponderada por el porcentaje de remesas con respecto al PIB —que se refleja en el tamaño del círculo— y los más grandes son los estados de Michoacán, Guerrero, Zacatecas y Oaxaca con valores de 16%, 14.2%, 12.7% y 12%, respectivamente. Estas cifras son mucho más altas que la cifra nacional de 4.1%; pero están relativamente cerca de aquellas registradas en los principales países receptores como El Salvador, Honduras, Nepal, Haití y Jamaica, donde las remesas/PIB en 2020 están ligeramente por encima de 20% (Banco Mundial, 2021). Esto significa que México, en su conjunto, no puede considerarse dependiente de las remesas, pero algunas regiones (estados) sí lo son.

Figura 1. 
Comportamiento resiliente en los estados dependientes de remesas, 2020

Fuente: elaborado por los autores con base en los datos del Banco de México y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Usamos 4 tonos entre blanco y negro para cada uno de los 15 estados dependientes. Los otros 17 estados, no incluidos en la figura 1, no tienen «dependencia de las remesas». Los estados en blanco son aquellos en los que el crecimiento del PIB y el crecimiento de las remesas estuvieron por encima del dato nacional; en el caso de los estados en gris claro, el crecimiento de las remesas estuvo por debajo del nivel nacional pero el crecimiento del PIB estuvo por encima; gris fuerte indica a aquellos estados donde el crecimiento del PIB y el crecimiento de las remesas fueron menores que las cifras nacionales; y finalmente, los estados en negro son aquellos donde el crecimiento de las remesas estuvo por encima pero el crecimiento del PIB estuvo por debajo de los respectivos datos nacionales.

En un escenario ideal, todos los estados deberían estar marcados en blanco porque esto indicaría que los estados dependientes no sólo recibieron más remesas que sus contrapartes, sino que también les permitió contrarrestar los efectos negativos de la covid-19. Sin embargo, se puede observar que sólo tres estados (Michoacán, Chiapas y Durango) siguieron este patrón. Otro escenario positivo sería que todos los estados estuvieran en blanco o gris claro, lo que significaría que hay estados dependientes que, incluso cuando recibieron menos remesas de las esperadas, pudieron contrarrestar el shock económico debido a otros factores. Un escenario negativo está asociado con los estados en gris fuerte, porque los estados dependientes recibieron menos remesas de lo esperado y su PIB cayó por debajo de la cifra nacional, es decir, en esos estados se habrían requerido mecanismos adicionales de contrapeso. Finalmente, los estados en negro presentaron el peor escenario, porque aun cuando recibieron más remesas que las esperadas, no fueron suficientes para contrarrestar los efectos negativos del choque.

La figura 1 sugiere que no prevaleció un patrón único de resiliencia de las remesas durante la pandemia de covid-19 en México en el nivel estatal. Sólo tres estados exhibieron un comportamiento «estrictamente contracíclico» (Michoacán, Chiapas y Durango) y siete fueron «débilmente contracíclicos» (ver estados en gris claro) porque recibieron flujos por debajo del promedio, pero tuvieron un desempeño más resistente en términos del crecimiento del PIB. Si sólo hubieran aparecido estados con las características de los de blanco y gris claro, habría sido «una buena política» dejar a los estados dependientes de las remesas sin más ayuda financiera. Lamentablemente, no fue así porque no sólo cuatro estados dependientes recibieron menos remesas que el promedio general, sino que estos flujos monetarios no fueron suficientes para contrarrestar los efectos económicos negativos de la pandemia (Guerrero, Morelos, Puebla e Hidalgo). Además, Nayarit surgió como un estado en color negro, lo que significa que, aunque recibió remesas por encima del promedio, el crecimiento de su PIB estuvo por debajo de la cifra nacional.

Una característica interesante de la figura 1 es que aquellos estados que se comportaron estrictamente como se esperaba, o incluso débilmente (blanco y gris claro), están vinculados a las regiones de migración tradicional, mientras que los estados en gris fuerte se consideran estados nuevos o emergentes para la migración internacional y se encuentran en el sur del país. Esto sugiere que las primeras y segundas generaciones de migrantes en Estados Unidos podrían ser otra variable importante para incorporar en el análisis y entender de mejor manera cómo operan las remesas a escala regional en México para contrarrestar los shocks económicos. Hipótesis que por cierto podría explorarse con fuentes de datos de Estados Unidos como la Current Population Survey (Encuesta Actualizada de Población).

Por supuesto, lo que se ha planteado aquí es sólo una narrativa macro basada en asociaciones entre el desempeño agregado de los flujos de remesas y el comportamiento del PIB en el nivel estatal durante 2020. Es importante evaluar si las remesas han proporcionado un impacto económico contracíclico en los hogares durante la pandemia con microdatos (por ejemplo, con la Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares). Además, se requeriría de un modelo de crecimiento y su implementación econométrica para evaluar analítica y empíricamente si las remesas fueron suficientes, sin asistencia financiera complementaria, o complementarias para contrarrestar el impacto económico de la covid-19. No obstante, la macronarrativa que delineamos arroja luz sobre los rasgos heterogéneos a escala regional que mostró el fenómeno analizado. Desde nuestra perspectiva, esto es esencial para evaluar apropiadamente el alcance y las limitaciones de las remesas como un mecanismo anticíclico eficaz para enfrentar las contracciones económicas. Si nos atenemos a las acciones del gobierno mexicano en materia de gasto público durante la pandemia en 2020,3 es probable que el gobierno mexicano haya sobredimensionado el efecto contracíclico de las remesas.

 

Consideraciones finales: el retorno al utilitarismo

La resiliencia de las remesas durante la covid-19 brinda la oportunidad de abordar críticamente algunos de los problemas que han surgido con fuerza durante estos tiempos de pandemia. En primer lugar, observamos un fuerte resurgimiento del pensamiento utilitarista sobre los beneficios de las remesas. Una agenda pública como la que ha impulsado recientemente el gobierno de izquierda en México no sólo refuerza la hipótesis de las remesas altruistas, sino que coincide, paradójicamente, con la agenda neoliberal que promueve las remesas como una herramienta para el desarrollo. Este resurgimiento de una estrategia de política utilitaria parece anticuado si se le compara con el vigoroso debate entre optimistas y pesimistas que dio forma hace dos décadas a la literatura sobre migración que aborda el tema de las remesas (Roberts et al., 1999; Binford, 2002). Sin embargo, para los defensores de la posición utilitarista, la pandemia de covid-19 vuelve a hacer de las remesas una poderosa alternativa a los flujos de capital como amortiguadores en los países en desarrollo durante las recesiones.

Como discutimos en este texto, lo que ha estado sucediendo durante el periodo de la covid-19 no es nuevo. El papel contracíclico de las remesas es bien conocido, incluso cuando los países de origen y destino están ambos en recesión; la crisis mundial de 20082009 es el mejor antecedente para observar este comportamiento. Los eventos de la covid-19 nuevamente revelaron la fuerte resiliencia que las remesas pueden desplegar en tiempos de dificultades económicas en los lugares de origen. México, en particular, se destaca como un caso emblemático para examinar esta situación. Los expertos que abordan la asombrosa capacidad de resiliencia de las remesas en México han propuesto varias explicaciones. Entre las explicaciones más importantes, de naturaleza contextual y de corto plazo, se encuentran las siguientes: la fuerte respuesta fiscal en Estados Unidos que, directa e indirectamente, impactó positivamente a los migrantes mexicanos; una depreciación del peso frente al dólar estadounidense; y un aumento significativo en el uso de canales formales para enviar remesas debido a las restricciones fronterizas (Banco Mundial, 2021).

Sin embargo, postulamos en este ensayo que el comportamiento subyacente de los migrantes, a nivel micro, que desencadena tales (macro) procesos es, en términos generales, el mismo tanto en el enfoque económico como en el del transnacionalismo. En ambas valoraciones prevalece un axioma del «buen comportamiento» de los migrantes que se explica ya sea por el altruismo (en agentes racionales) o por la moralidad (en redes complejas de migrantes). Independientemente de las diferencias epistémicas y ontológicas que sustentan tales enfoques (Carling, 2004), es claro que el mensaje de solidaridad, reciprocidad y obligaciones de los migrantes sigue siendo dominante en ambos enfoques cuando ocurren eventos extraordinarios como la covid-19.

Esta narrativa sería confiable si todo terminara con decisiones en el hogar. Sin embargo, lo que revela la covid-19 es que los gobiernos, en particular el mexicano, se vieron tentados a utilizar la resiliencia de las remesas para justificar una política fiscal conservadora durante la pandemia. Esta política es errónea porque supone que los impactos contracíclicos de las remesas no están condicionados por las diferencias regionales. Como discutimos en la sección 3, entre los estados mexicanos que pueden clasificarse como económicamente dependientes de las remesas sólo una quinta parte se comportó de manera estrictamente contracíclica durante la pandemia. Eso significa que 80% restante de esos estados recibió una cantidad extraordinaria de ingresos monetarios que, sin embargo, no funcionó lo suficientemente bien, como mecanismo de contrapeso, para eliminar los efectos negativos de la pandemia.

Las diferencias en las experiencias en el nivel estatal, que coinciden con la extraordinaria resiliencia de las remesas durante la covid-19 en México, deberían enviar un mensaje claro sobre los riesgos de considerar a las remesas como una herramienta de política pública para impulsar el desarrollo.

Referencias

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Notas

1 Esta investigación fue financiada por el proyecto PAPIIT-IN308721 «Políticas públicas de reactivación y reestructuración económica urbana en México ante impactos económicos y sociales de la covid-19 en México».

2 Un estado se clasifica como «dependiente de las remesas» cuando la relación remesas/PIB está por encima del promedio de todos los estados del país, que en el caso de México fue de 4.1% en 2020.

3 En este ensayo no abordamos el papel que desempeñó el gasto social (inicial) que hizo el gobierno de López Obrador en adultos mayores y jóvenes, junto con las remesas, para contrarrestar los efectos negativos de la pandemia. Sin embargo, el gasto social incurrido para esos beneficiarios representó sólo 50% del monto de las remesas, lo que pone en perspectiva de porqué consideramos que el gobierno mexicano muy probablemente observó a las remesas como un mecanismo contracíclico importante, sobre todo en aquellas regiones dependientes de ellas. En cualquier caso, es engañoso privilegiar a las remesas como mecanismo de contrapeso frente a una crisis económica dada la complejidad y magnitud de la economía mexicana.

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