En sus albores, la revista Migración y Desarrollo fue impulsada por la Red Internacional de Migración y Desarrollo (RIMD). Ambas compartían un mismo fin dirigido a los aportes al pensamiento crítico en materia de migración y desarrollo. De tal suerte que frente a la postura dominante, que visualiza a las remesas como detonantes del desarrollo en los países de origen y a la gestión de las migraciones como una tentativa de regular los flujos migratorios bajo una limitada racionalidad de mercado (labor matching), se ha promovido una mirada alterna, que en sentido metafórico se denomina perspectiva del Sur. Más que una antítesis de la perspectiva unilateral y sesgada, impulsada por los gobiernos de países receptores de migrantes y organismos internacionales, se trata de una visión comprehensiva de la problemática, donde el desarrollo y los derechos humanos ocupan un sitio central.
La adopción de esta postura ha significado abrir el campo de visión desde donde se venía analizando la relación entre migración y desarrollo, para trascender las perspectivas ahistóricas dominantes y contextualizar el fenómeno en el marco de la globalización neoliberal. La profundización del desarrollo desigual se devela como una de las principales causas de fondo de la migración contemporánea y permite observarla como un desplazamiento esencialmente forzado, en contraste con el carácter «libre y voluntario» que le atribuye el pensamiento neoliberal.
Los derechos humanos figuran como un aspecto intrínseco e inseparable de la relación entre migración y desarrollo, cuyo abordaje comprende temas tan sensibles para la comunidad migrante como la explotación laboral, la exclusión y discriminación social, la inseguridad humana y la criminalización. Asimismo, lejos de invisibilizar se ha intentado situar, en su justa dimensión, las contribuciones de los migrantes a los países y sociedades de destino. Paralelamente, con la finalidad de construir una visión balanceada acerca de las implicaciones de la migración para los países de origen, y sin desconocer los aportes de las remesas, se han puesto sobre la mesa de debate los costos humanos, sociales, económicos, políticos y culturales que la migración entraña. Todo ello ha abierto la puerta para desencadenar una importante y necesaria desmitificación de los supuestos que prevalecen en el área de estudios, que han sido caldo de cultivo de las posturas xenófobas que permean la opinión pública y de las políticas públicas impulsadas por los principales países receptores de migrantes al amparo de la doctrina de seguridad nacional.
El primer número de Migración y Desarrollo apareció en el segundo semestre de 2003, a la fecha han circulado 35 números en los formatos impreso y electrónico. Se trata de una de las revistas de la Universidad Autónoma de Zacatecas «Francisco García Salinas» (UAZ) que mayor presencia ha conseguido de acuerdo con parámetros recientes. En ese sentido, desde 2010 forma parte del Índice de Revistas Mexicanas de Investigación Científica y Tecnológica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), además está incluida en siete indexaciones: Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal (Redalyc); Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal (Latindex); Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades (Clase); Scientific Electronic Library Online (Scielo-México).
En síntesis, la premisa que guía las investigaciones de Migración y Desarrollo se relaciona con el fenómeno migratorio pero se encauza hacia un punto específico: la emergencia —como subproducto contradictorio de la evolución histórica y maduración de las redes sociales migratorias— de un nuevo sujeto social extraterritorial que a través de sus acciones y demandas busca convertirse en agente de crecimiento de su lugar de origen.
Entre los desafíos que esto último plantea figura la necesidad de superar las limitaciones de los principales miradores teórico/conceptuales para dar cuenta de las nuevas realidades, además de impulsar la creatividad científica para abrir cauces al trabajo interdisciplinario, así como depurar los métodos y procedimientos para la captación de formación y, de manera especial, fomentar el intercambio de conocimientos y experiencias entre miembros de la comunidad académica y de éstos con las organizaciones de migrantes, organismos no gubernamentales e instituciones públicas vinculadas al sector.
Finalmente, es indispensable mencionar que desde el comienzo de este proyecto editorial convergen destacados miembros de la comunidad científica internacional, expertos en la materia, que aceptaron formar parte del consejo editorial. Se cuenta también con una extensa red de especialistas que integran los comités dictaminadores de la revista.