Capital global y estudios geoestratégicos.
Aborda, desde un prisma latinoamericano, las grandes transformaciones y tendencias que caracterizan al capitalismo e imperialismo contemporáneos. Especial atención se confiere a las formas y contenidos de reestructuración que experimentan las grandes corporaciones multinacionales o el capital monopolista en la actualidad: predominio del capital financiero, conformación de redes globales de capital monopolista, extractivismo y acaparamiento de tierras y reestructuración de los sistemas científico/tecnológicos. Asimismo, cabe analizar las nuevas formas y contenidos del intercambio desigual e implicaciones de la nueva división internacional del trabajo en el horizonte centro/periferia, incluyendo la profundización de las desigualdades sociales a escala planetaria. Como expresión de las violencias sistémicas y su correlato con el crimen organizado, se acentúa la descomposición de los partidos e instituciones políticas; cuestión que se manifiesta en una crisis generalizada de la representación que atraviesa al sistema político en su conjunto. La cuestión del Estado, las instituciones multilaterales de gobernanza global y, en contrapartida, los nuevos movimientos sociales antisistémicos y contrahegemónicos ocupan un lugar igualmente importante en esta perspectiva. En este marco, la problemática de discriminación de género, racial y religiosa ocupa un lugar cada vez más significativo. El papel que vienen desempeñado las redes sociales, los medios de comunicación y las reformas educativas en todos sus niveles responden a un patrón cultural de dominación. Frente a ello, surgen planteamientos alternativos que alimentan un amplio espectro cultural contrahegemónico. En el plano geoeconómico, político y militar se discute el nuevo escenario imperialista ante el declive de la hegemonía de Estados Unidos y el ascenso de China y otros países de Asia y áfrica, sin perder de vista la dinámica europea, en la disputa por la hegemonía mundial. Finalmente, la crisis civilizatoria por la que atraviesa la humanidad plantea grandes desafíos en esta perspectiva, particularmente para los países periféricos.

Trabajo, migración y desarrollo.
El capitalismo contemporáneo se distingue por una excesiva concentración y centralización del capital en un puñado de grandes corporaciones y, en contrapartida, una violenta ofensiva en contra de la clase trabajadora y otros sectores populares. Ello se traduce en un desbordante incremento del desempleo y de la informalidad, acompañado de una creciente flexibilización, precarización y superexplotación laboral a escala planetaria, pero con impactos diferenciados en el horizonte centro/periferia. Se trata de un fenómeno asociado a la revolución científico – técnica desencadenada por las TICs y la emergencia de una nueva división internacional del trabajo, donde la exportación de fuerza de trabajo — de forma directa, por vía de la migración laboral o indirecta, a través de las plantas de ensamble ubicadas en países periféricos— ocupa un lugar central. En este contexto, no sólo surgen nuevas modalidades abiertas o encubiertas de proletarización y divisiones en el seno de la clase trabajadora, sino que el grueso de la migración laboral adquiere el estatuto de migración forzada. Independientemente de la importancia estratégica de este fenómeno, los estudios sobre migración y las percepciones públicas acerca de la movilidad humana están plagados de mitos que distorsionan la realidad bajo un lente unilateral, descontextualizado, reduccionista y sesgado. Al proyectárseles a través de este espejo distorsionado, los migrantes tienden a ser percibidos como una carga socioeconómica para los países de destino y, en tiempos de crisis, son convertidos en chivos expiatorios de la misma, se les criminaliza y tilda de enemigos públicos. Más aún, esta narrativa ha rendido significativos dividendos en la arena político/electoral, al abrir una avenida para el ascenso de la ultraderecha y el neofascismo en diversos países y regiones del mundo. Las tentativas de la ONU para generar un régimen de gobernanza global de las migraciones, respetuoso de los derechos humanos de los migrantes, han sido infructuosas. Frente a ello, han surgido nuevas formas proactivas de resistencia en el marco de iniciativas emergidas del Foro Social Mundial de las Migraciones.

Ciencia, tecnología y desarrollo.
Asistimos a una nueva fase en el desarrollo nacional y global de las fuerzas productivas, donde la propiedad intelectual y la propiedad de las patentes se han convertido en un componente medular del sistema imperialista de dominación bajo la égida del capitalismo neoliberal. Los desbordantes niveles alcanzados por la concentración y centralización del capital han alterado el modus operandi propio de las esferas de producción, circulación y distribución del capital, y han acentuado, las contradicciones del sistema. Un aspecto central y relativamente poco estudiado de este proceso es la profunda reestructuración que experimentan los sistemas de innovación desde la década de 1990 y sobre todo a partir del siglo XXI. Desde entonces, la expansión, la concentración y la apropiación privada de los productos del general intellect alcanzan niveles y ritmos hasta hace poco inimaginables, que atraviesan todos los poros de la sociedad capitalista y que, lejos de favorecer una ruta progresista de desarrollo de las fuerzas productivas, inauguran una fase regresiva y oscurantista en el avance del conocimiento, que profundiza el desarrollo desigual y atenta contra la naturaleza y la humanidad entera, a grado tal de convertirse en una amenaza de dimensiones y alcances civilizatorios. De allí que, como expresión de las profundas contradicciones que encierra la modernidad capitalista, se esté generando una relación insostenible entre progreso y barbarie con implicaciones diferentes y contrastantes para los países centrales y periféricos. Ante ello, resulta fundamental, al recuperar las experiencias de diversos movimientos sociales contrahegemónicos, avanzar hacia formas alternativas de desarrollo de las fuerzas productivas que democraticen la producción, la transmisión y la apropiación del conocimiento como bien común al servicio de las necesidades sociales y en armonía con la naturaleza. En este ámbito, las universidades públicas están llamadas a desempeñar un papel cada vez más trascendente.

Espacio, sociedad, ambiente y desarrollo.
El estudio de las dinámicas del capital, el Estado y las clases sociales sitúa los procesos de desarrollo y transformación social en una dimensión de alcance planetario. Surge así una amplia y variada gama de problemáticas relacionadas con la cuestión urbana y rural, el extractivismo, el acaparamiento de tierras, la aparición de nuevas pandemias, la degradación ambiental y la emergencia de conflictos socioambientales. Lo anterior, a su vez, guarda relación con las nuevas dinámicas de acumulación por desposesión o despojo y apropiación de los bienes comunes, que afectan a los pueblos originarios y que han colocado a los movimientos indígenas como un referente insoslayable de los nuevos movimientos sociales. En este contexto, la crisis ambiental despunta como una preocupación internacional explícita desde hace más de cuatro décadas, sin que haya logrado frenar el proceso de degradación de la naturaleza y, por el contrario, se exprese en problemas tan serios para la supervivencia humana como el cambio climático. El análisis del papel de las tendencias económicas capitalistas en el metabolismo del ser humano con su naturaleza externa requiere de un enfoque transdisciplinario, habida cuenta de la necesidad de integrar las fuerzas físico – naturales y biológicas con las sociales. La cuestión de la sustentabilidad social y ambiental se expresa en un amplio abanico de temas políticos, económicos, sociales y culturales que se manifiestan desde los niveles locales y regionales hasta los globales.